El cementerio de Roques Blanques, espacio pionero en España para el estudio de los murciélagos
El Papiol (Barcelona), 25 de octubre de 2012.
El Cementerio Comarcal de Roques Blanques, ubicado en el Papiol (Barcelona), ha puesto en marcha la primera estación permanente de escucha de ultrasonidos de murciélagos de España. La instalación permitirá aportar información constante de la actividad de estos animales en el territorio, actualmente amenazados en la mayoría de entornos donde viven. La estación permanente permitirá obtener datos sobre la riqueza de especies de murciélagos y sobre su actividad, ya sea de caza, social o de paso, entre otras.
Esta iniciativa se enmarca en la política de protección de la flora y fauna autóctonas que Roques Blanques ha llevado a cabo desde sus inicios, tal como reconoce Joan Ventura, director del área de Cementerios de Serveis Funeraris Integrals (SFI), empresa gestora de este cementerio público: “Las características de Roques Blanques hacen de este cementerio un espacio único, ya que sus 50 hectáreas están totalmente integradas en el entorno natural del Parque Natural de la Sierra de Collserola”. Roques Blanques fue el primer cementerio español y el tercero de Europa en conseguir la certificación europea EMAS, la más estricta a nivel medioambiental.
El proyecto de la estación fija de escucha de murciélagos es único y pionero en España. Se trata de una iniciativa del biólogo Carles Flaquer, coordinador del área de Quirópteros del Museo de Ciencias Naturales de Granollers (MCNG), en colaboración con Xavier Puig, de la Asociación Galanthus y la empresa tecnológica Advancare. La iniciativa complementa los estudios realizados a lo largo de estos años por encargo del Consorcio del Parque Natural de la Sierra de Collserola y se engloba dentro de una campaña que continuará en 2013 en otros puntos de Catalunya. “La colocación de la primera estación fija en el cementerio de Roques Blanques es idónea porque podemos situarla en un entorno natural, en medio del bosque, al alcance de los técnicos, y porque a la vez estará protegida por el recinto del cementerio”, apunta Carles Flaquer. A través de esta iniciativa, el área de Quirópteros del MCNG busca crear sinergias entre la tecnología y la biología, con el objetivo de contribuir a la obtención de datos para el conocimiento científico. Concretamente, se obtendrá información sobre murciélagos en situaciones climatológicas diversas y durante todos los periodos del año, de manera que se espera observar relaciones entre los factores medioambientales y la actividad de estos animales. En este sentido, la Oficina Catalana del Cambio Climático de la Generalitat y el MCNG están trabajando desde hace tiempo en la búsqueda de las relaciones clima-actividad para determinar la idoneidad de los murciélagos como indicadores de los impactos del cambio climático en el territorio.
Los murciélagos, unos excelentes bioindicadores
“Hay diversas experiencias que demuestran que los murciélagos son excelentes indicadores de la calidad de los hábitats y unos animales sensibles a los cambios producidos por los humanos en los ecosistemas”, explica el biólogo Carles Flaquer. Su metabolismo y la capacidad de almacenar grasas hace que sean unos indicadores de acumulación de contaminantes más precisos que los pájaros o los insectos. Actualmente, están fuertemente amenazados en la mayoría de zonas del planeta como consecuencia de la acción del hombre.
Según Joan Ventura, director de Cementerios de SFI, “a través de este proyecto contribuimos al conocimiento y protección de estos animales, pero también a combatir el mosquito tigre, muy presente en los cementerios, ya que los murciélagos son insectívoros voraces que ingieren el 100% de su peso en insectos cada noche. Por esto tienen un papel capital en el control de las poblaciones de insectos”.
Los murciélagos o quirópteros cuentan con un número muy extenso de especies (más de 1.200 en todo el planeta). En España hay hasta 34 especies de murciélagos, todas ellas insectívoras, distribuidas por todos los ecosistemas y, en algunos casos, con una clara especialización para el hábitat. Son el grupo más diverso de mamíferos existente en el país.
Roques Blanques, comprometido con el medio ambiente
Con una extensión de 50 hectáreas y unas construcciones funerarias que se integran perfectamente en el entorno natural de la montaña de Collserola, en el área metropolitana de Barcelona, Roques Blanques se ha caracterizado desde su construcción, el año 1984, por la protección de la flora y la fauna autóctonas (como los anfibios, los erizos oscuros o la ardilla común), el ahorro de recursos energéticos (reducción del consumo de agua y papel), la prevención de la contaminación y la reducción de los impactos medioambientales (reciclaje de residuos, control de les emisiones atmosféricas de hornos, potenciación del uso de madera de tala controlada). En este sentido, se recomienda a los visitantes del cementerio el uso de flores naturales que pueden reciclarse como abono.
El cementerio ofrece también innovadoras alternativas ecológicas para dar respuesta a la creciente incineración, como el Bosque de la Calma y el Árbol Familiar, opciones de sepultura que favorecen a la vez la reforestación del bosque de Collserola con la plantación de un árbol –encina, alcornoque o pino- sobre una o varias urnas biodegradables; o el Jardín del Reposo, un espacio para las cenizas que permite controlar y gestionar las urnas no ecológicas evitando así el abandonamiento en espacios naturales. El diseño totalmente integrado en la naturaleza del cementerio de Roques Blanques es fruto de los arquitectos Batlle i Roig. El proyecto fue finalista de los premios FAD de arquitectura y es el único de estas características en España.